Cirugía plástica después de 60 años.
Hay una serie de cuestiones a considerar antes de la cirugía plástica, como el estilo de vida, la salud física, mental y los factores genéticos. Otro factor ha sido destacado y todavía causa muchas dudas.
Descubra en este artículo cuáles son los posibles riesgos y precauciones al someterse a procedimientos quirúrgicos en ancianos.
Suavizando los signos del tiempo
A diferencia de lo que muchos pueden pensar, la cirugía plástica no es solo para los jóvenes. Con el aumento de la esperanza de vida, el número de personas en la Tercera Edad que están activas y que buscan mejorar su apariencia aumenta cada día.
De hecho, aunque el envejecimiento es un proceso natural del cuerpo y nos afecta a todos, no significa que se deba dejar de lado la vanidad. Después de todo, estamos viviendo en busca de felicidad, seguridad y equilibrio, ¿no es así? Si algo no nos satisface hasta el punto de interferir con la calidad de nuestra vida, es hora de cambiar.
Líneas caídas y de expresión
Estos son los aspectos que más se ven después de 60 años. Y cada vez más preocupados por el bienestar y la apariencia, los hombres y las mujeres se someten a tratamientos que ayudan a disminuir los signos del envejecimiento. Entre las técnicas más buscadas podemos mencionar los masajes de modelado, el uso de peladuras, rellenos y tratamientos con láser.
Pero, ¿es posible invertir en cirugía plástica?
Claro que sí. Muchas personas se enfrentan a un desajuste entre su apariencia y su estado mental e incluso con la ayuda de cosméticos y actividades físicas, hay signos naturales de tiempo que rinden su edad y no están a la altura de su alma joven.
Lo que más importa aquí es la salud del paciente, para que no haya complicaciones futuras. Si los exámenes preoperatorios muestran que el individuo está calificado para realizar la cirugía en cuestión, entonces la edad no será un impedimento. Por el contrario, es posible ver la cirugía plástica como una coartada en la búsqueda de alinear las partes físicas y mentales.
Para aquellos que buscan armonizar sus rasgos y recuperar la autoestima, entre las opciones más buscadas en las oficinas podemos mencionar: Blefaroplastia, Botox, Abdominoplastia, Levantamiento Facial e Mastopexia.
Incluso podemos recordar que, en muchos casos, no se trata solo de motivaciones estéticas, sino que muchas cirugías también son reparadoras y funcionales.
La flacidez de la piel en el párpado, por ejemplo, puede afectar la visión y generar una sombra al mirar hacia un lado. En el caso de los senos o el abdomen, el exceso de grasa genera dermatitis del pañal, llagas e incomodidad. También causan dolor de espalda que, para una persona mayor con artrosis espinal, es aún peor.
¿Hablamos de los riesgos?
Como con toda cirugía plástica, nuestra primera preocupación es la seguridad. Cada vez hay más casos de operaciones cosméticas en personas de edad avanzada con excelente salud, mientras que los pacientes más jóvenes, fumadores e hipertensos, están prohibidos. Por lo tanto, el límite para realizar procedimientos quirúrgicos no es su edad cronológica, sino sus condiciones clínicas.
La otra buena noticia es que hoy en día, los riesgos de una intervención quirúrgica en la vejez son menores que hace unos años debido a la evolución de las técnicas quirúrgicas.
De todos modos, la atención en estos casos debe redoblarse tanto al elegir un buen profesional de la Sociedad Brasileña de Cirugía Plástica como al evaluar el riesgo quirúrgico, que debe ser exhaustivo, para permitir o no que el paciente se someta cirugía propuesta. La evaluación de un cardiólogo, por ejemplo, es extremadamente importante en esta etapa. Por lo tanto, si usted está en la tercera edad, prepárese para una investigación cuidadosa, donde se requerirán pruebas estándar y otras más específicas.
Cuidados especiales
No se recomienda la asociación de dos o más procedimientos en una sola cirugía.
Entre las peculiaridades en el paciente anciano, un ejemplo que podemos mencionar es la circulación sanguínea, que se vuelve más difícil. Por lo tanto, no se pueden realizar colgajos grandes o desprendimientos de piel, ya que la recuperación de estos tejidos tiende a verse comprometida después de la cirugía.
El tiempo quirúrgico debe mantenerse lo más corto posible, manteniendo al paciente por un corto tiempo bajo el efecto de la anestesia.
En la vejez, las células también son más lentas, lo que hace que el resultado final tarde más en aparecer, sin embargo, la cicatriz se vuelve más delgada.
También es importante que el paciente realice una evaluación preanestésica para determinar si hay algún cambio que pueda comprometer la seguridad y la salud.
Vale la pena aclarar que el objetivo es trabajar dentro de las posibilidades clínicas del paciente, para cumplir con las expectativas de la persona con respecto a la cirugía, sin exponer su salud a riesgos.