Sepsis: descripción general y más
La sepsis es una afección muy grave y potencialmente mortal que se produce cuando una infección localizada, como una infección del tracto urinario (ITU) o una infección de la herida quirúrgica, pasa al torrente sanguíneo. A medida que la infección se propaga, el cuerpo lanza una respuesta inflamatoria masiva, que causa síntomas como fiebre y ritmo cardíaco y respiratorio acelerados. Si no se trata, la sepsis puede progresar a un shock séptico, lo que provoca presión arterial baja y la subsiguiente falla multiorgánica.
El tratamiento de la sepsis y el shock séptico requiere el tratamiento de la infección subyacente, así como intervenciones para aliviar los efectos y prevenir el daño a los órganos.
Síntomas de sepsis
Los síntomas y signos de sepsis incluyen los siguientes:
- Fiebre, seguida de hipotermia (temperatura corporal baja)
- Transpiración
- Taquicardia (frecuencia cardíaca rápida)
- Taquipnea (respiración acelerada)
A medida que la sepsis empeora, se puede desarrollar un shock séptico, lo que indica que los órganos de su cuerpo no están recibiendo suficiente perfusión, es decir, no reciben suficiente sangre y oxígeno.
Los posibles síntomas y signos de shock séptico incluyen:
- Presión arterial baja
- Piel caliente seguida más tarde por cianosis periférica (manos y pies fríos y pálidos)
- Confusión o disminución del estado de alerta
- Salida de orina baja
- Edema (hinchazón debido a la acumulación de líquido)
- Disfunción hepática, cardíaca y renal
- Dificultad para respirar
- problemas de sangrado
Si experimenta algún síntoma de sepsis o shock séptico, busque tratamiento médico de inmediato.
Causas
La sepsis siempre comienza con una infección. Hay varios factores que aumentan el riesgo de sepsis y shock séptico de una persona, aunque las personas sanas sin factores de riesgo también pueden desarrollar sepsis.
Algunos factores de riesgo clave para la sepsis y el shock séptico incluyen:
- Tener una infección posoperatoria, que es una infección después de la cirugía
- Una quemadura severa que afecta una gran área del cuerpo.
- Tratamiento con quimioterapia, corticosteroides u otros medicamentos inmunosupresores
- Presencia de dispositivos invasivos, como un catéter urinario, una línea permanente o una sonda de drenaje o alimentación
- Uso de drogas intravenosas
- Tener ciertos problemas subyacentes como diabetes, cirrosis, enfermedad de células falciformes o un sistema inmunitario debilitado
Las mujeres que están embarazadas o que han dado a luz o han sufrido un aborto espontáneo en las seis semanas anteriores, los recién nacidos y los bebés menores de 1 año y los ancianos (mayores de 75 años) también tienen un mayor riesgo de desarrollar sepsis y shock séptico. .
Cómo se desarrolla la sepsis
La sepsis y el shock séptico son procesos complejos. La sepsis ocurre cuando el cuerpo libera proteínas y enzimas inflamatorias en respuesta a una infección (generalmente bacteriana). En raras ocasiones, la causa es un virus, un hongo o un parásito.
Las sustancias inflamatorias liberadas por el cuerpo provocan muchos efectos diferentes:
- Se pueden formar coágulos de sangre, que pueden bloquear el flujo de sangre a los tejidos y órganos del cuerpo.
- Las arterias se dilatan (ensanchan), lo que provoca hipotensión (presión arterial baja)
- Fluctuaciones en la presión arterial, la frecuencia cardíaca y la respiración.
- Acidosis de la sangre
Estas tensiones son tan abrumadoras para el cuerpo que resulta imposible compensarlas sin intervención médica. A medida que la sepsis empeora, se puede desarrollar un shock séptico. Con esto, el suministro de oxígeno a los órganos del cuerpo se ve gravemente comprometido hasta el punto de que los órganos, especialmente el hígado, los riñones, los intestinos, el corazón y los pulmones, comienzan a fallar.
Diagnóstico
Una de las dificultades para diagnosticar la sepsis de forma rápida y precisa es que los síntomas son similares a los de otras condiciones de salud, como intoxicación alimentaria, gripe o problemas cardíacos y pulmonares. Dicho esto, la sepsis es relativamente rara en comparación con la gripe común, por lo que a menudo no se considera hasta que empeora y se desarrollan los siguientes hallazgos en el examen físico:
- Hipotermia
- Ritmo cárdiaco elevado
- Presión arterial baja
- Tasa de respiración rápida
Además de realizar un examen físico, un proveedor de atención médica ordenará varios análisis de sangre para ayudar a diagnosticar sepsis o shock séptico. Los ejemplos de estos análisis de sangre incluyen un conteo sanguíneo completo (CBC), panel de electrolitos, creatinina, prueba de función hepática y nivel de lactato. También se ordenarán cultivos de sangre y orina. En algunos casos, también se pueden ordenar otros cultivos de fluidos corporales, por ejemplo, líquido sinovial o líquido cefalorraquídeo.
Se pueden solicitar pruebas de imagen, como una radiografía de tórax para detectar una posible neumonía o una tomografía computarizada (TC) para buscar una colección de líquido infectado (absceso).
Tratamiento
Las personas con sepsis y shock séptico son tratadas en una unidad de cuidados intensivos (UCI) por un equipo de cuidados intensivos. Debido a la gravedad de la respuesta inflamatoria, los pacientes necesitan una estrecha vigilancia y, por lo general, son sedados y colocados en un ventilador.
En general, los objetivos principales del tratamiento de la sepsis/shock séptico son:
- Asegurar un buen flujo de sangre a los órganos.
- Tratar la infección subyacente
Optimización de la perfusión de órganos
Para proporcionar un flujo de sangre adecuado a los órganos, se puede administrar oxígeno y, por lo general, se coloca una vía central en una vena del cuello o la ingle para proporcionar rápidamente grandes volúmenes de líquido.
Además de los líquidos intravenosos, la sangre o los medicamentos que ayudan a elevar la presión arterial (llamados vasopresores) generalmente también se administran en la vía central.
Si se desarrolla un shock séptico, ciertos órganos pueden fallar hasta el punto de que se necesita una intervención, como diálisis para la insuficiencia renal o un ventilador para ayudar con la respiración.
Tratamiento de la infección
Incluso antes de que se conozca la fuente de la infección, generalmente se administran antibióticos de amplio espectro (y, con menos frecuencia, antimicóticos). Luego, cuando se encuentra la fuente de la infección, es posible que se necesiten otras intervenciones, como drenar un absceso o retirar un catéter infectado.
Los antibióticos pueden ajustarse según el tipo de bacteria que se encuentre en un cultivo.
Prevención
La única forma de prevenir la sepsis es prevenir infecciones, como las infecciones posoperatorias. Las técnicas de prevención de infecciones, como un buen cuidado de las heridas y el lavado frecuente de manos, pueden ayudar con esto.
Específicamente, cuando se trata de lavarse las manos, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan estos cinco pasos:
- Mójese las manos antes de aplicar el jabón.
- Enjabona bien las manos con el jabón, incluido el dorso de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas.
- Frótese las manos durante al menos 20 segundos, el tiempo que tarda en cantar la canción «Feliz cumpleaños» dos veces.
- Enjuáguese bien las manos.
- Séquese las manos con una toalla limpia o séquelas al aire.
Si no hay agua y jabón disponibles, usar desinfectante para manos es su siguiente mejor opción.
Otras formas de prevenir la infección incluyen mantenerse al día con sus vacunas y obtener atención médica de inmediato para cualquier infección que tenga.
Una palabra de Verywell
Un diagnóstico de sepsis es extremadamente grave, ya que puede progresar rápidamente a un shock séptico, que puede provocar la muerte. La mejor manera de prevenir la sepsis es prevenir una infección en primer lugar, y es importante recordar que si desarrolla una infección, debe buscar atención inmediata y adecuada.